La otoplastia, también conocida como cirugía estética de orejas, es un procedimiento para cambiar la forma, la posición o el tamaño de las orejas. Puede optar por someterse a una otoplastia si le molesta que las orejas sobresalgan de la cabeza. También puede plantearse una otoplastia si su oreja u orejas están deformadas debido a una lesión o defecto de nacimiento. Aunque las cicatrices son permanentes, es probable que queden ocultas detrás de las orejas o en los pliegues de éstas. A veces el procedimiento se realiza con sedación y anestesia local, que adormece sólo una parte del cuerpo. En otros casos, puede administrarse anestesia general que le deja inconsciente antes de la intervención. Tras realizar las incisiones, el médico puede retirar el exceso de cartílago y piel. A continuación, el cartílago se pliega en la posición adecuada y se fija con puntos internos.

La cirugía es actualmente la única técnica conocida para corregir de forma adecuada y permanente las orejas prominentes. Durante la consulta con su cirujano se discutirán en detalle los pormenores del procedimiento personalizado previsto. La otoplastia suele realizarse de forma ambulatoria tanto en adultos como en niños. En el caso de los niños, la otoplastia se realiza bajo anestesia general. Los adultos pueden elegir entre anestesia local con sedación o anestesia general. El dolor después de la otoplastia suele ser mínimo, aunque el paciente recibirá analgésicos si lo desea.

Los hematomas también suelen ser mínimos y deberían desaparecer por completo, o casi, a las dos semanas del postoperatorio. Además, las personas que lleven gafas no deben apoyarlas en las orejas durante al menos dos semanas. La recuperación completa de la otoplastia puede durar hasta seis semanas y, durante ese tiempo, podrá empezar a reanudar gradualmente sus actividades normales. La otoplastia puede mejorar la confianza de los pacientes, ya que las orejas hacia atrás pueden centrar la atención en la cara en lugar de en las orejas. La satisfacción de esta cirugía es muy alta. Consultar a un cirujano colegiado puede ayudarle a ver sus opciones.